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Nací en la Ciudad de Buenos Aires, el 24 de julio de 1977. Soy Licenciado en Sociología UBA 2008. Brindo apoyo profesional en el Ministerio de Salud de la Nación para el Servicio Nacional de Rehabilitación, en el Departamento de Sistemas de Información. Enseño Historia y Sociología General. Y en este espacio, expreso mis ideas políticas; a veces, con objetividad, muchas veces de forma pasional.

jueves, 24 de febrero de 2011

Jauretche, hoy y siempre.


Años después recordará ese engranaje que cotidianamente colonizaba su pensamiento: “Antes, era como el muezín. Lo decía La Nación, y había que tirarse boca abajo. Mi padre, yo mismo. Era la gran mentira de “la prensa independiente”, que hoy ya no se traga nadie”.
Norberto Galasso, en su libro “Jauretche y su época”, nos trae esta certera y anticipada definición de Arturo Jauretche, Última línea, Tucumán, 1967.


44 años después, el mecanismo de reproducción del pensamiento hegemónico, autodenominado prensa independiente, parece encontrarse en una encrucijada, con los mismos actores de antaño. Lástima que, mientras los monopolios corruptos y desestabilizadores que engloban una gran cantidad de medios de prensa, y a una cantidad aún mayor de periodistas a sueldo, no tenga del otro lado al gran Arturo.

Es una pena que uno tenga que ser tolerante en beneficio de la salud democrática e institucional, pero en este caso, por respeto a la disciplina que amo y a mis colegas, me separo del sociólogo y dejo fluir mis pasiones, y digo “una pena ser tolerante” porque me cuesta serlo frente a un tecnócrata irremediable con aires de dirigente político, enmarcado en un partido empresa denominado PRO, cuyos militantes y votantes han olvidado hasta el propio significado de sus siglas, ya que omiten permanentemente, la regla ortográfica mas elemental, que es la de separar las letras de la sigla, con correspondientes puntos. Es decir ahorraré tolerancia para casos que merezcan la este servidor.

Pero bueno, no es posible analizar mucho mas del paupérrimo discurso farandulero, de un grupo aristócratas empresarios devenidos en oligarquía porteña debido a acertada elección de esposa proveniente de familia patricia en plena decadencia y peligro de extinción, y urgida de un patrimonio económico in crescendo, que les permita al menos si fuera posible, la continuidad y reproducción hegemónica de su status social, o al menos la agónica extensión de la perdurabilidad desgastada del apellido. Esta nueva “alianza” de desmaquilladas señoras recoletas con niños ajenos y alérgicos a la cultura del trabajo por sobredosis de constantes inyecciones monetarias de sus progenitores, coquetea con esta “nueva política”, principalmente por el hecho de que esta, no surgen del corazón rebelde, contradictorio y pasional, de la política en toda su definición y tradición. Es como algo nuevo, más Pro. Esta procedencia, les asegura el encanto de parte de familiares de las señoritas desposadas, que ven en ellos, con alguna nostalgia, la posible realización de un sueño siempre trunco, por culpa de esa horda de peronchos, nazis, fascistas, falanjos, bastardos, bárbaros y necios, que todavía se empecinan en hallar un camino igualitario, inclusivo y justo para el desarrollo de nuestro país, algo contradictoria con los “nobles” intereses de las familias de fomento.

Ese sueño trunco, que pareció alcanzar su apogeo en los 90, luego de que ciertas “glorias” (dije glorias o gorilas?) de la Argentina patricia y oligarca, limpiaran el escenario masacrando a una de las generaciones políticas mas soberanas y brillantes de nuestro país, digo ese sueño trunco se reproduce generación tras generación y a veces alcanza un nivel alto de soñadores que se adhieren, sin siquiera compartir aquellos propios intereses oníricos, pero que encuentran en ellos ese ideal incomprensible, natural, ahistórico, de que hay que salvarse como sea sin importar cuantos queden debajo de nuestras suelas. Es un ideal simple, porque no mira atrás, ni al lado, mira adelante sin hacerse preguntas complejas. Fácil de agarrar.

Vuelvo: es por eso que digo, qué pena que no esté el Gran Arturo! Pero siento, sí siento, aunque los científicos sociales tenemos que tener un poco de cuidado con eso del sentir cuando se trata de estas cuestiones, siento que muchos jóvenes de la mas variada trayectoria educativa, cultural, social y militante, con la fundamental ayuda de las personas que han transitado mas años que nosotros, estamos en camino de reconstruir, de rearmar una matriz de pensamiento nacional, genuino y popular, que abunda en nuestra historia y que si nos atrevemos a sistematizar, podemos llegar a pegarnos un susto muy grato, de esos que a uno lo ponen de pié de golpe por el asombro inmediato, pero tras su digestión, lo llenan de entusiasmo y de vitalidad para continuar con la tarea. Encarar, siempre.

Es por esas cuestiones desordenadas que escribo en estas líneas que cito a Don Arturo. Porque hoy puedo ligarlo a dos situaciones acontecidas recientemente, fresquitas diría. Porque no puedo creer, siempre hablando desde el punto de vista de animal político (y en mi caso, lo de animal es bastante literal), cómo es posible que se reproduzca a través de la opinión pública, si ningún tipo de capacidad reflexiva la opinión editorial de un diario, que atenta contra la soberanía nacional, calificando un planteo fuerte, firme y legítimo de nuestro país a través de nuestro gobierno, a la potencia mas criminal e intrusa del planeta como lo es EEUU, de excesivo o desmesurado (Roberto Rusell, La Nación, 24/02/2011). Cómo sociólogo y lector ferviente de Arturo, me tranquilizo, reflexiono y comprendo (se duerme el animal): el entramado social en el que se inscribe semejante acto de cipayaje es el de un monopolio comercial, representante de los sectores mas concentrados del país, productor exclusivo de la historia oficial, representante fiel de la línea Mayo - Caseros, que en la actualidad detesta al Frente gobernante elegido por la mayoría del pueblo,  y que, legitimado por las representaciones sociales estructurantes de sus lectores, a través de cuyo habitus canalizan, interpretan rápidamente y difunden en forma automática, cualquier situación expresada en sus páginas que pueda sonar favorable a los intereses nacionales y populares, describe la plantada soberana correcta, del gobierno, como un acto de barbarie que atenta contra la “libertad”, ese concepto que durante siglos intentaron reducir y destruir, en defensa de sus viles privilegios clasistas y que ahora utilizan de manera torpe, atolondrada y difusa, debido al propio desconocimiento de su esencia, ya que es mas que claro que para ellos la libertad se basa en poder circular libremente para llegar cuanto antes a sus refugios privados por la autopista mas rápida.

El otro acontecimiento, tiene que ver con lo que anuncié en las primeras líneas de mi escrito. Un tecnócrata del PRO, ese producto poco inteligente pero nefasto, oscuro y frívolo, de apellido Pirovano, sostuvo la posibilidad de convertir a los maestros públicos en empresarios, y regalarles las escuelas públicas para que las manejen como empresas. El dinero saldría del arca pública, y más específicamente del paupérrimo presupuesto destinado a la educación, por el demoledor de ciudades, Sr. Jefe de Gobierno. Además, agregó opiniones personales sobre el Gral. Perón, a quién junto con los radicales, cataloga como “los peores gobernantes de la historia nacional” y cierra su discurso reconociendo la lucidez de Jauretche, aunque acusándolo de “fascista y resentido”.

No es necesario que yo defienda a Jauretche. No es necesario que yo le responda a esta especie de encaprichado niño rico, que tal vez tuvo algún abuelucho que no estuvo jamás a la altura intelectual del Polo y que, producto de una tradición de clase, difundida oralmente, tomó la palabra, y se despachó (¿o despechó?), sin ningún tipo de fundamento intelectual, contra Jauretche.
Pero vuelvo: No es necesario que yo lo defienda, por algo él escribió una de las páginas más notables, en la historia del pensamiento nacional. El humor ácido y filoso, y la envidiable astucia para dar por tierra con los estigmas ridículos que hoy en día padecemos en boca de la “Intelligentzia” (hoy encarnada por los columnistas de La Nación, por Agunís, por Grondona, y por cipayos carnales como Carlos Pirovano (PRO):

 Zoncera N ° 44

NIPO-NAZI-FASCI-FALANJO-PERONISTA


Confieso que decirlo de corrido me da algún trabajo. Es una especie de trabalenguas. Pero más que un trabalenguas es un trabasesos.
Para ser nazi hay que ser ario puro, y para ser nipo hay que ser japonés ídem. De donde lo de nipo-nazi resulta imposible aquí. Tampoco puede ser lo de fasci, o falanjo, pues si hay algo impuro racialmente es lo italiano y lo español, sólo superado en su impureza por lo argentino, pues para serlo hay que tener de italiano la mitad que no tenemos de españoles, más otras salsas indígenas, judías, árabes, rusas y andorranas (conozco uno).
(Esto de que somos mitad italianos y mitad españoles lo completaba un tío mío, agregando que los españoles son brutos pero valientes y los italianos flojos pero inteligentes. Decía mi tío —pues yo no me quiero meter con ninguna de las dos colectividades, que bastante tengo con la nuestra— que de los españoles hemos heredado la inteligencia y de los italianos el valor... Pero no le hagan caso a mi tío, que es antirracista, como buen sarmientista).
Es precisamente lo racial, o lo irracial, lo que impide que pueda existir eso que llaman nipo-nazi-fasci-falanjo-peronismo, en un país donde después de mezclar todo no han quedado más que dos razas: los blancos y los cabecitas negras, como afirman nuestros antirracistas.
Pero tal vez no sea lo racial lo que identifica la "científica" zoncera, sino lo económico.
Los marxistas explicaban —ahora no lo dicen, vaya a saber por qué— que el trabasesos se produce como última etapa del capitalismo. Solo que esto sirve nada más que para dos términos del mismo: lo nipo-nazi, y un poco el tercero, lo fasci, pero es incompatible con lo falanjo y lo peronista, que pertenece a países que, según ellos mismos, andan con el desarrollo bastante atrasado.
Puede ser que la clave esté en los sistemas de gobierno más o menos dictatoriales, pero tampoco me resulta, ya que habría que agregar lo mao-fidelista y otros muchos del mismo sistema que evidentemente son anti-nipo-nazi-fasci-falanjo-peronistas. Tampoco las "democracias occidentales" y particularmente su "leader" le hace cuestión a las dictaduras. Sólo les exige que sean democráticas.
Es inútil, no lo entiendo, y esto me lleva a admirar cada vez más a la "intelligentzia" argentina que lo entiende.
Ella se pasó desde 1943 hasta 1955 manejando el trabasesos en el que estaban todas las claves del país, al que no hacía falta comprenderlo ni estudiarlo. Lo importante era manejar bien eso del nipo-nazi-fasci-falanjo-peronismo. Fue una tarea ímproba y hay que comprender lo que pasó después: cuando la "intelligentzia" llegó al gobierno, no daba más; se había agotado con el trabasesos. Y resultó lo que ha resultado, cosa de que uno puede darse cuenta sin ser inteligente con sólo ver lo que han hecho en el gobierno... Porque desde 1955 han gobernado los inteligentes, aunque no lo parezca.
Ahora la "intelligentzia", que estaba unida contra los nipo-nazi-fasci-falanjo-peronistas, se ha dividido en el manejo de dos trabasesos, y una dice de la otra que es oligo-impero-pentagonista, y la otra de la una, que es castro-comu-chino-mobutista. Y se pasarán otro montón de años en estos ejercicios intelectuales que ahora le cuentan a los nipo-nazi-fasci-falanjo-peronistas, que no entiende la jerigonza porque, ignorantes como son e incapaces de manejar estos trabasesos que requieren especiales aptitudes intelectuales, simplifican la cosa diciendo que tanto oligo-impero-pentagonistas como castro-comu-chino-mobutistas, son cipayos. Lo que no es tan inteligente; pero es cierto.
Esto es lo que piensa la mayoría de los argentinos. Pero la mayoría no gobierna, porque esto es una democracia y la democracia sólo funciona cuando gobierna la minoría. Cuando gobierna la mayoría es la dictadura. Pero esta es otra cosa complicada que puede terminar en trabasesos, que sólo los pueden entender los inteligentes.
¡Lo que es el poder de la inteligencia!

Arturo Jauretche, 1968, Manual de Zonceras Argentinas.

Para los que lo conocen, no hay mucho mas que agregar, para los que aún no, se los presento: Arturo Jauretche (Lincoln 13 de noviembre de 1901, Buenos Aires, 25 de mayo de 1974)

Gracias por visitarme y hoy 24 de febrero de 2011, doy por inaugurado el BLOG. Para la próxima, la segunda entrega de La deshumanización de Buenos Aires: deshabitando la ciudad. Los vecinos y los otros.