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Nací en la Ciudad de Buenos Aires, el 24 de julio de 1977. Soy Licenciado en Sociología UBA 2008. Brindo apoyo profesional en el Ministerio de Salud de la Nación para el Servicio Nacional de Rehabilitación, en el Departamento de Sistemas de Información. Enseño Historia y Sociología General. Y en este espacio, expreso mis ideas políticas; a veces, con objetividad, muchas veces de forma pasional.

jueves, 26 de abril de 2012

Combatiendo alegremente


Porqué venimos a combatir….

Les comparto unas palabras que me parecen adecuadas para reflexionar sobre la jornada histórica que nos espera mañana: 

“… Pertenezco a la generación de los únicos privilegiados, la de quienes leíamos Mundo Infantil antes que Billiken, para descubrir después, gracias a quienes aprendieron con los Vigil, que eso era “adoctrinamiento”… ¿y lo de ellos qué?. Con la diferencia que así, nos formábamos con una mentalidad nacional, “flor de ceibo”, mientras que la de ellos era un adoctrinamiento hacia las doctrinas de “progreso y liberalismo” que le abrían las puertas al imperialismo. Cuando en el `55 dejamos atrás la niñez privilegiada, esas lecturas fueron responsables de que nuestra adolescenciatuviera olor a clorato de potasio y azufre, mientras que la de los adoctrinados por Billiken, podía disfrutar de chicles-goma Bazooka o los beneficios del nylon importado de USA.
Crecimos de golpe en medio de bombazos y persecuciones: los padres de nuestros compañeros eran las víctimas de la “libertad recuperada”: Vergara Russo, moría el 16 de junio en Plaza de Mayo; Cogorno, fusilado, un año después. Ahí nos hirvió la sangre rebelde que Evita nos inculcara: empezamos la lucha por el retorno de nuestro Padrecito con lo que teníamos y podíamos. ¿Acaso no se habían usado piedras y aceite hirviendo para contener las invasiones inglesas? ¿Por qué no podíamos hacerle la pata ancha a estos invasores disfrazados de libertadores? Espontaneísmo, voluntarismo, desconocimiento de las condiciones objetivas y subjetivas; amén de las climáticas y estratosféricas; de todo, pueden ser acusados estos tozudos hijos de Perón, que se jugaron por su retorno, que dieron su vida por él y soñaron con una Patria Liberada. De todo, menos de hijos de puta. (…) Qué lindo tener un padre como Perón, con perdón de los psicólogos, los sabios, y los que se las saben todas. (…) Y cuando nos tocaba perder, perdíamos. Calladitos, nomás. Avergonzaditos, nomás. PERO DE PIE. Con la “mirada desafiante” como decían las crónicas policiales. Los hijos de Perón fuimos duros y tiernos, serios y jodones, dialoguistas y “apretadores”, enamoradizos y olvidadizos, cantores y gritones, apresurados y retardatarios, pobres y pobrísimos.
Nosotros, pobres de solemnidad, pobres vinimos al Movimiento, pobres lo servimos aún cuando millones pasaron por nuestras manos, y pobres seguiremos hasta el día en que nos vayamos a jugar con el Viejo arriba en alguna nube (…) Los hijos de Perón seguimos creyendo que es realista pedir lo imposible; o que podemos alcanzar las estrellas aunque estén muy altas; o que se “se puede y se debe” vivir como hermanos…”

Envar “Cacho” El Kadri, Historias del Peronismo Revolucionario. www.elortiba.org




A horas de una jornada que promete ser histórica, cabe reflexionar porqué nos convocamos. Ver y sentir el entusiasmo popular de las convocatorias múltiples al acto de mañana, me pone en una situación placenteramente compleja, como sociólogo digo. 
Es un brete, al que Niklas Luhmann, gran sociólogo alemán de la teoría de los sistemas, abordaría con sus clásicas preguntas, “¿De qué se trata la cosa?” y “¿Qué es lo que se esconde detrás?”. Dichos interrogantes, con un poco de creatividad y de heterodoxia, podrían complementarse con las expresiones que Pierre Bourdieu, otro grande de la sociología contemporánea, realiza sobre el “oficio del sociólogo”, con una disciplina, la sociología, a la que define como una “ciencia que incomoda”, en alguna entrevista.  Pero este es un problema para mí como sociólogo,  que me exalta, me apasiona, me nubla. Pecado valorativo, tal vez. Me hago cargo. Por lo tanto, tal vez utilice en forma forzada estas cuestiones sociológicas para pensar qué es lo que nos convoca, pero me parecen buenas preguntas. Sabrán comprender lo pasional de este espacio, aquellos que se horroricen par tamaña blasfemia científica. Basta entonces de dar vueltas, la semana  que viene trataré esta "culpa" en mi grupo de terapia.

¿De qué se trata la cosa y que es lo que se esconde detrás?

La cosa se trata de la celebración de una vuelta esperada. O mejor, inesperada. Lo cual, fortalece la celebración. Una vuelta de lo que muchos creímos perdido para siempre, mientras que otros, de mayor empeño y ánimo, nos decían que nada se había perdido, que solo debíamos recuperarlo, reencontrarlo, buscarlo. Una vuelta de ese fuego en el pecho que genera una discusión política, tantos años anestesiada, luego de ese espejismo consensuado y transitivo que significó esa forma tan débil de recuperar la democracia. Una vuelta a las banderas de todos los corazones. Una vuelta del Pueblo, de esa matriz de pensamiento Nacional y Popular que estamos recuperando para orgullo de millones y pesadumbre de algunos. Una vuelta de la historia, como espacio ineludible para la construcción de la Memoria y para la recuperación de las identidades políticas. Una vuelta de los jóvenes, tan atacados cada vez que levantan el tono; estos jóvenes que venimos a pedir lo que corresponde; que venimos a traer toda la fuerza conjunta, nutrida de las mas variadas procedencias sociales y políticas; estos jóvenes trabajadores, núcleo revolucionario del Movimiento Nacional y Popular. De eso se trata la cosa, de eso y mucho mas. Porque detrás de esta vuelta, se esconden los fundamentos políticos, históricos y sociales de la última batalla que venimos a librar para conseguir, por el Pueblo y con el Pueblo, la Liberación Nacional con la que soñaron nuestros abuelos en el 45, nuestros viejos en la resistencia peronista, nuestra juventud salvaje y sistemáticamente masacrada por la alianza cívico militar en los 70s, que generó el sangriento genocidio y la aniquilación de nuestra mejor militancia política con sus consecuencias, complicidades y silencios innegables en los primeros gobiernos democráticos. Esta es la historia de una vuelta; o de algo que se dio vuelta a partir del 2003... o de los que volvieron y de los que ya no están, pero que celebran cantando a grito pelado, qué sé yo donde…

Hay mucho más que puedo decir, y lo haré en el correr de mis publicaciones, pero ahora solo los invito a que reflexionen sobre estos años de recuperación nacional, sobre todas las jornadas históricas que hemos atravesado juntos. Los invito a que estemos todos y cada uno. Los invito  a que entre todos los Compañeros le digamos mañana al País, a nuestros hermanos Latinoamericanos y al mundo entero, que estamos de pié y que “venimos a combatir alegremente”, como dijo el querido Arturo Jauretche.



Hasta la próxima, y que mañana sea un día histórico.