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Nací en la Ciudad de Buenos Aires, el 24 de julio de 1977. Soy Licenciado en Sociología UBA 2008. Brindo apoyo profesional en el Ministerio de Salud de la Nación para el Servicio Nacional de Rehabilitación, en el Departamento de Sistemas de Información. Enseño Historia y Sociología General. Y en este espacio, expreso mis ideas políticas; a veces, con objetividad, muchas veces de forma pasional.

lunes, 29 de octubre de 2012

Néstor y los fuegos del tiempo



El tiempo  es un enigma. Enigma, cuando se alarga y parece condenarnos  al tedio. Enigma, cuando vuela y sentimos que nos despiertan de ese sueño placentero que deseábamos continuar. Es esta segunda expresión la que me invita a escribir. Porque creo que esa vorágine temporal con la que se dieron los hechos históricos de los últimos 9 años, expresa la manifestación de un sueño. Un sueño que durante 200 años de historia, fue constituyendo la memoria colectiva de nuestro país, dotando a las conciencias de un compromiso político inigualable. Un compromiso político que muchas veces fue silenciado y hasta asesinado, pero nunca erradicado.  La llama siempre estuvo encendida; cito a Eduardo Galeano:

“Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca se enciende”

El tiempo no puede con el fuego. Ni el tiempo, ni el olvido. Si por diversas circunstancias el fuego fue provisoriamente derrotado, la memoria se encargó de avivarlo; a brazo partido y lágrima suelta; con la sangre pura y la conciencia inquieta.
Hoy el fuego es bandera en alto; es brillo en los ojos; es pecho abierto; es primavera eterna. También antorcha y vigilia. Como hace 60 años. El sueño y el fuego son uno. El sueño es el horizonte, más cercano que nunca. El fuego se lleva en pecho de la Patria, con orgullo hacia la Victoria. 


Gracias Compañero Néstor Kirchner, por mantener junto con todos los luchadores populares, la llama imperecedera de los ideales más profundos de Nuestro Pueblo.

Lic. Juan Manuel Rodíguez

miércoles, 17 de octubre de 2012

17 de Octubre... otra vez, el Pueblo, frente a la Historia Grande



Hoy se celebra el Día de la Lealtad, en todos los rincones del país. El Movimiento social y político más grande de la historia de nuestro Pueblo, recuerda aquella jornada bisagra en la memoria de los argentinos. Lealtad, palabra cara y sustantiva. Lealtad a los ideales más profundos de nuestro Pueblo. Lealtad, por  sobre los intereses mezquinos de las minorías petulantes, acérrimas defensoras de vulgares privilegios personales. Lealtad, a las conquistas populares. Lealtad, a los trabajadores y a los estudiantes.  Lealtad, a nuestros mayores. Lealtad, a la lucha incansable en la búsqueda de justicia por la desaparición de más de 30.000 compañeros. Lealtad y Memoria. Lealtad, a todo nuestro Pueblo. 

No es una mera palabra. No son meros simbolismos. Hoy, estamos nuevamente frente a la Historia Grande. El tránsito por esa Historia Grande está en nuestras manos. 

Queridos Compañeros y Compañeras de la Gloriosa Juventud Peronista, herederos innegables de Perón y de Evita, UNIDOS y ORGANIZADOS, junto a Néstor y Cristina, dotando a la Lealtad de los contenidos más profundos de nuestros corazones, gritemos con fuerza,



PRESENTE, MI GENERAL!

Lic. Juan Manuel Rodríguez




jueves, 26 de abril de 2012

Combatiendo alegremente


Porqué venimos a combatir….

Les comparto unas palabras que me parecen adecuadas para reflexionar sobre la jornada histórica que nos espera mañana: 

“… Pertenezco a la generación de los únicos privilegiados, la de quienes leíamos Mundo Infantil antes que Billiken, para descubrir después, gracias a quienes aprendieron con los Vigil, que eso era “adoctrinamiento”… ¿y lo de ellos qué?. Con la diferencia que así, nos formábamos con una mentalidad nacional, “flor de ceibo”, mientras que la de ellos era un adoctrinamiento hacia las doctrinas de “progreso y liberalismo” que le abrían las puertas al imperialismo. Cuando en el `55 dejamos atrás la niñez privilegiada, esas lecturas fueron responsables de que nuestra adolescenciatuviera olor a clorato de potasio y azufre, mientras que la de los adoctrinados por Billiken, podía disfrutar de chicles-goma Bazooka o los beneficios del nylon importado de USA.
Crecimos de golpe en medio de bombazos y persecuciones: los padres de nuestros compañeros eran las víctimas de la “libertad recuperada”: Vergara Russo, moría el 16 de junio en Plaza de Mayo; Cogorno, fusilado, un año después. Ahí nos hirvió la sangre rebelde que Evita nos inculcara: empezamos la lucha por el retorno de nuestro Padrecito con lo que teníamos y podíamos. ¿Acaso no se habían usado piedras y aceite hirviendo para contener las invasiones inglesas? ¿Por qué no podíamos hacerle la pata ancha a estos invasores disfrazados de libertadores? Espontaneísmo, voluntarismo, desconocimiento de las condiciones objetivas y subjetivas; amén de las climáticas y estratosféricas; de todo, pueden ser acusados estos tozudos hijos de Perón, que se jugaron por su retorno, que dieron su vida por él y soñaron con una Patria Liberada. De todo, menos de hijos de puta. (…) Qué lindo tener un padre como Perón, con perdón de los psicólogos, los sabios, y los que se las saben todas. (…) Y cuando nos tocaba perder, perdíamos. Calladitos, nomás. Avergonzaditos, nomás. PERO DE PIE. Con la “mirada desafiante” como decían las crónicas policiales. Los hijos de Perón fuimos duros y tiernos, serios y jodones, dialoguistas y “apretadores”, enamoradizos y olvidadizos, cantores y gritones, apresurados y retardatarios, pobres y pobrísimos.
Nosotros, pobres de solemnidad, pobres vinimos al Movimiento, pobres lo servimos aún cuando millones pasaron por nuestras manos, y pobres seguiremos hasta el día en que nos vayamos a jugar con el Viejo arriba en alguna nube (…) Los hijos de Perón seguimos creyendo que es realista pedir lo imposible; o que podemos alcanzar las estrellas aunque estén muy altas; o que se “se puede y se debe” vivir como hermanos…”

Envar “Cacho” El Kadri, Historias del Peronismo Revolucionario. www.elortiba.org




A horas de una jornada que promete ser histórica, cabe reflexionar porqué nos convocamos. Ver y sentir el entusiasmo popular de las convocatorias múltiples al acto de mañana, me pone en una situación placenteramente compleja, como sociólogo digo. 
Es un brete, al que Niklas Luhmann, gran sociólogo alemán de la teoría de los sistemas, abordaría con sus clásicas preguntas, “¿De qué se trata la cosa?” y “¿Qué es lo que se esconde detrás?”. Dichos interrogantes, con un poco de creatividad y de heterodoxia, podrían complementarse con las expresiones que Pierre Bourdieu, otro grande de la sociología contemporánea, realiza sobre el “oficio del sociólogo”, con una disciplina, la sociología, a la que define como una “ciencia que incomoda”, en alguna entrevista.  Pero este es un problema para mí como sociólogo,  que me exalta, me apasiona, me nubla. Pecado valorativo, tal vez. Me hago cargo. Por lo tanto, tal vez utilice en forma forzada estas cuestiones sociológicas para pensar qué es lo que nos convoca, pero me parecen buenas preguntas. Sabrán comprender lo pasional de este espacio, aquellos que se horroricen par tamaña blasfemia científica. Basta entonces de dar vueltas, la semana  que viene trataré esta "culpa" en mi grupo de terapia.

¿De qué se trata la cosa y que es lo que se esconde detrás?

La cosa se trata de la celebración de una vuelta esperada. O mejor, inesperada. Lo cual, fortalece la celebración. Una vuelta de lo que muchos creímos perdido para siempre, mientras que otros, de mayor empeño y ánimo, nos decían que nada se había perdido, que solo debíamos recuperarlo, reencontrarlo, buscarlo. Una vuelta de ese fuego en el pecho que genera una discusión política, tantos años anestesiada, luego de ese espejismo consensuado y transitivo que significó esa forma tan débil de recuperar la democracia. Una vuelta a las banderas de todos los corazones. Una vuelta del Pueblo, de esa matriz de pensamiento Nacional y Popular que estamos recuperando para orgullo de millones y pesadumbre de algunos. Una vuelta de la historia, como espacio ineludible para la construcción de la Memoria y para la recuperación de las identidades políticas. Una vuelta de los jóvenes, tan atacados cada vez que levantan el tono; estos jóvenes que venimos a pedir lo que corresponde; que venimos a traer toda la fuerza conjunta, nutrida de las mas variadas procedencias sociales y políticas; estos jóvenes trabajadores, núcleo revolucionario del Movimiento Nacional y Popular. De eso se trata la cosa, de eso y mucho mas. Porque detrás de esta vuelta, se esconden los fundamentos políticos, históricos y sociales de la última batalla que venimos a librar para conseguir, por el Pueblo y con el Pueblo, la Liberación Nacional con la que soñaron nuestros abuelos en el 45, nuestros viejos en la resistencia peronista, nuestra juventud salvaje y sistemáticamente masacrada por la alianza cívico militar en los 70s, que generó el sangriento genocidio y la aniquilación de nuestra mejor militancia política con sus consecuencias, complicidades y silencios innegables en los primeros gobiernos democráticos. Esta es la historia de una vuelta; o de algo que se dio vuelta a partir del 2003... o de los que volvieron y de los que ya no están, pero que celebran cantando a grito pelado, qué sé yo donde…

Hay mucho más que puedo decir, y lo haré en el correr de mis publicaciones, pero ahora solo los invito a que reflexionen sobre estos años de recuperación nacional, sobre todas las jornadas históricas que hemos atravesado juntos. Los invito a que estemos todos y cada uno. Los invito  a que entre todos los Compañeros le digamos mañana al País, a nuestros hermanos Latinoamericanos y al mundo entero, que estamos de pié y que “venimos a combatir alegremente”, como dijo el querido Arturo Jauretche.



Hasta la próxima, y que mañana sea un día histórico.

viernes, 23 de marzo de 2012

Memoria, Verdad y Justicia


Ecos…

Por encima, el albatros se mantiene inmóvil en el aire,
Y en la profundidad, bajo las onduladas olas,
En laberintos de cuevas de coral, el eco de un tiempo distante
Viene envolviendo a través de la arena.
Y todo es verde y submarino,
Y nadie nos mostró la superficie,
Y nadie sabe el dónde o el porqué.
Algo se agita e intenta comenzar a escalar hacia la luz.

Pink Floyd, Echoes, “Middle” (Octubre 1971)

Mama junto con las cada vez más conocidas Madres de Plaza de Mayo peregrinaba estérilmente por la plaza y los despachos. La consigna era insistir, hacer oír la voz, que la gente tomara conciencia. En una actitud deplorable de la influenciada opinión publica de entonces, se las motejaba de "Locas". Nadar en el Ateneo, lugar aglutinante de la derecha católica, me sometía al vejamen de soportar comentarios despectivos respecto a todo lo que fueran derechos humanos, Madres y desaparecidos.
El Libro de Mariel, Miguel Corsi 1997


Retrato de Pablo Miguez. Artista: Claudia Fontes, Parque de la Memoria, Buenos Aires, Argentina

La noche es calma y frente a la ventana un grito, y el eco viaja. Llegará a destino. Hoy o mañana. Llegará. El eco, viajante del tiempo. El tiempo se va, lejos, y el eco lo alcanza.

¿Me pregunto con cuántos de ellos nos habremos cruzado? A través del pensamiento que cava profundo en la memoria. A través del intercambio de miradas, eternas desde la imagen captada, instantánea. A través de silencios evocativos. A través de banderas y estandartes. ¿Cuántos andarán perdidos? Esa esperanza que no se agota nunca. ¿Estarán algunos por ahí? ¿Cuántos gritan y guían desde la tierra fértil que cobija la sangre noble derramada para darnos las flores, insignia de todas las luchas por un mundo mejor?

Ecos desde la tierra; desde el agua de un río detenido en el tiempo. Ecos que son puentes entre épocas; ecos que son historia viva, e inconclusa. Ecos que son memoria, levantada por quienes hoy resisten. Ecos de una lucha que nunca termina y hoy es nuestra; y con ancho orgullo, insistimos. Ecos sin fin, que nutren con colores de vida cada bandera levantada, cada frente alta, cada pecho abierto y cada corazón sangrando.

Hoy, recordamos, reflexionamos, sentimos, nos emocionamos, revivimos, construimos. Hoy, repaso mi vida, en esta tierra querida que es nuestra Patria. Me pregunto cuán difícil y complejo es alcanzar una identidad, en medio de una lucha interna de tironeo ideológico con que lo llenan a uno de pequeño; tantas voces que han hablado después de aquel silencio letal y cómplice; temeroso pero intuitivo. Cuántas voces han querido adjetivar instantes, descalificar luchas, ahogar clamores, asesinar recuerdos, desaparecer historias. Cuánto ruido después de aquel silencio.

Indignación y espanto, entre abrazos traidores, ajenos. Desesperanza y sueños frustrados entre justicias espurias y condicionales. Desazón de abuelas, desazón de madres, desazón de hijos. Qué democracia joven y contradictoria; cuántos innobles abusaron de ella y la quisieron volver adulta sin infancia. Huérfana de mitos fundantes; transitiva y transitoria.

La fuente de vida que cobija la sangre de los desaparecidos y asesinados por el feroz genocidio, se alimenta de nueva sangre nueva, derramada en luchas constantes. Se funde en una sola: matriz popular, nacional y revolucionaria. Fueron muchos antes; muchos mas acompañaron después; legando rostros, nombres, apellidos, que las juventudes recogen como flores moribundas en el campo de batalla, y las llevan como insignia, hacia nuevos movimientos. Jirones de vidas, de valor inigualable, recogidos y alzados como bandera hacia la Victoria del Pueblo.

Esa victoria que parece siempre cerca, ahí nomás. Que nos deleita con sus umbrales. Que nos llama, que nos dice que es posible, que nos marca el camino, que nos brinda un horizonte. Hoy, nosotros, los jóvenes, marchando junto a los más grandes, queremos saldar la historia. A través de los caminos que a ellos les negaron; pero con la firme decisión, legado de la mejor militancia que tuvo nuestro país, presente en nuestros corazones, de no claudicar Nunca Mas.


lunes, 19 de marzo de 2012

Sobre coyuntura, historia y genocidas…


Sobre coyuntura, historia y genocidas…


Una gran cantidad de reacciones y expresiones, generaron las declaraciones completas del genocida Videla, hace algunos días. Discutíamos con un grupo de personas, sobre la casualidad o causalidad de la publicación de esta nota concedida por el asesino a un medio gráfico español. Compartíamos la indignación de que este sujeto, hable con notable soltura en el ámbito de una entrevista, cuando aún, respetando ese pacto de silencio macabro sellado con sangre entre él y todos sus cómplices involucrados, no declare lo que se le solicita en los juicios que lo tienen como actor principal. El silencio los condena y ratifica el amplio abanico de las acusaciones.

Pero vuelvo a la casualidad / causalidad del asunto, y unánimemente nos pusimos de acuerdo, en que no se trata en absoluto de algo casual.

Es la coyuntura, estúpido! Me dije, cuándo casi caigo en la tentación de la tranquilidad que da saberlo preso a este ejemplar de asesino impúdico. Es la coyuntura; ese es el tema, la coyuntura actual. Este contexto que menciono, no permite casualidades. Luego del lamentable y trágico desenlace producto de la terrible situación que atraviesa el transporte público, del cual me ocupo en la publicación  anterior, aquellos sectores opositores que no tuvieron el éxito deseado en su primera estocada del año, aquella que puso al dólar en cuestión; o bien en la segunda estocada, llevando a las nubes de la exageración absoluta, el plan de desarticulación de los subsidios a algunos sectores de la población en algunos servicios, se encontraron con la tragedia; de ahí, los medios de comunicación (una vez mas) pusieron todos sus dispositivos al servicio de generar una situación de caos, hasta en los que se llegó a exigir en algún caso, la renuncia del gobierno nacional elegido hace apenas cinco meses, con un apoyo popular histórico. No es indiferente todo esto que menciono; no está desconectado.

Y aparece el genocida. Y los medios se regocijan con su charlatanería, y recortan sugestivamente títulos, titulares y titulitos, a través de los cuales,  se expresan sus lectores en los diversos foros abiertos. Ahí, es posible darse cuenta, que para algunos al final “Videla, algo de razón tiene: en este país no hay justicia”, o bien, “Es cierto, se juzga a una parte y la que queda libre mata a 51 desde gobierno montonero”. Expresiones vertidas desde la irracionalidad y la irresponsabilidad, de una sociedad presa fácil de la hipocresía mediática, que todavía no comprende los años que nos llevará reestablecer las capacidades de los canales institucionales desmantelados sustento del aniquilamiento sistemático y articular los espacios sociales y culturales que han sido arrasados por años de proscripción popular, clausura operacional de libertades políticas, genocidio militar, complicidad civil, reestructuración democrática, crisis por el debilitamiento y reducción a nada de las capacidades estatales, destrucción de los aparatos productivos en función de la consolidación de una burbuja financiera productora de marginalidad social y concentración de la riqueza con la consecuente desmovilización y fragmentación del núcleo revolucionario y vanguardista de las luchas populares: los trabajadores y la juventud. La sociedad actual, la nuestra, y sobre todo la que se concentra en cualquier sector dentro del “Área Metropolitana de Buenos Aires” (AMBA), está sumida en la pereza de un sentido común extendido, de que hay que mirar para adelante y lo demás es pasado. Es por eso me decidí a pensar que “Es la coyuntura, estúpido”. Haciendo uso de esta elaboración digo: “También es la historia, estúpido”, porque a veces, es la coyuntura tan estúpida, que nos vela la realidad.


Las miradas particulares de los periodistas independientes: ¿miedo a la construcción de nuevas identidades políticas?
Aceptando lo coyuntural, sin deshacernos de las trayectorias históricas, y creyendo firmemente que los discursos son todo eso causal que se presenta en estos contextos políticos y sociales, y porque no económicos, no está demás analizar este berrinche mediático de los editorialistas de Clarín y La Nación, sobre la respuesta frontal de la Presidenta, a dos de sus publicaciones.

¿Cuál es el motivo por el cual no deberíamos pensar o creer o interpretar que las publicaciones de Carlos Pagni y Osvaldo Pepe no son tendenciosas? ¿Solo por el hecho de que son periodistas autodenominados independientes?

Pensemos, y en principio, no perdamos de vista lo anterior: las declaraciones del genocida, las reacciones de repudio en el país sobre todos de los organismos de derechos humanos, la intencionalidad manifiesta del periodista español bajo el absurdo de “querer abrir voces y escuchar campanas”, la reacción del mismo periodista, sosteniendo que en Argentina se lo quiso censurar por el hecho de no dejar hablar a alguien que a su juicio, merece la libertad de expresión, las opiniones vertidas en los diarios en cuestión por sus lectores, cierto clima en algún sector medio alto de nostalgia por aquel orden, cierto uso negativo de palabras en un sentido peyorativo en boca del genocida como por ejemplo, marxismo, revolucionarios, jóvenes, que según su visión estaban intoxicados, que eran “idealistas” y “entrenados” con crueles métodos, en fin no olvidemos que se configura entre sus dichos, un “era nosotros o ellos”.

Este es el contexto en el cual escriben sus editoriales estos paladines de la libertad de prensa. Por lo tanto, que en La Nación, apelen como característica principal del viceministro de economía a su condición de marxista, y que ese adjetivo, maldito para gran parte de sus lectores, figure en la tapa, habla de algo mas, que de una simple expresión descriptiva. Es como un desafío a sus lectores: en el supuesto desplazamiento del joven viceministro a Boudou, interpretación errónea del columnista, ya que solo existe un cambio de roles, aparece el marxismo: ese viejo enemigo de las clases altas; ese fantasma que se intentó exorcizar en los 70; ese miedo total, a que la historia se repita.

Basta el título, para reflotar entre los foristas del diario ese odio visceral, por todo aquello que provenga de las filas de la izquierda, el marxismo, o del peronismo, total para muchos es lo mismo. No conforme, con el detalle, el editorialista, rehace una genealogía, en base a la procedencia judía rabínica que el mismo funcionario desmintió, reconociendo que no tenía nada malo ser el nieto de un rabino de Odessa, pero sucede que no era esa su historia personal. El hábil escriba, sintetiza todo en un supuesto perfil compuesto por un supuesto dogmatismo: aquí se unirían el dogma judío y el dogma marxista. Una forma evidente de aprovechar la coyuntura inmediata e irreflexiva de los últimos días. Una forma de poner al funcionario del lado de enfrente de lo independiente, de lo abierto, de lo global, en fin de lo libre, según la particular concepción de estos términos para el del periodista.

Por otro lado, y al mismo momento, un editorialista de Clarín, toma como eje de su ataque, a la movilización juvenil que lleva adelante, en sus diversas expresiones, muchas de las banderas heredadas de aquellos 70s. Al adjetivo de “imberbes”, el redactor, pone su énfasis en una curiosa teoría genética que luego él mismo desmintió; resultaría, según su punto de vista, inexistente cualquier matriz de lucha popular en nuestra historia, solo tendría cierta derivación genética, dándole sustento a  esa teoría inescrupulosa de que hay que “cortar de raíz los elementos subversivos de la sociedad”. Fundamentos que dieron vía libre a la apropiación de bebes, al asesinato de menores o al propio sometimiento de niños a los vejámenes mas perversos que alguien pudiera imaginarse en otras instituciones de encierro, solo por las dudas; por la dudas de que esos niños y adolescentes, llevaran en su estructura, el gen de sus padres; ese que el Sr. Pepe, dijo luego que no quiso decir lo que quería decir; que solo se refería al gen político; lamentablemente, la nota del Sr. es muy clara, aunque él busque lo contrario.

La presidenta a refutado a ambos operadores de los medios hegemónicos y lo ha hecho con valentía, coraje y argumentos de sobra. Lógicamente el coro de periodistas “independientes” (qué gran logro, ser independientes en una sociedad altamente politizada como la nuestra) salió a llorar desconsoladamente por un supuesto ataque a la libertad de expresión; todos, indignados, aterrados. ¿Esperaban que la Presidenta no responda? No se sabe.

El dato importante para extraer de todo esto, es algo que sostengo en casi todas mis publicaciones: en vísperas de un nuevo 24 de marzo, no es posible dar la lucha por terminada. No es posible pasar por alto este tipo de provocaciones, totalmente consecuentes con una mirada sobre nuestra historia. Quienes escriben desesperadamente cosas semejantes, sobre las nuevas expresiones políticas de la juventud, nucleadas en su mayoría en el movimiento peronista kirchnerista, intentan aprovechar el impulso en situaciones adversas, para mostrar sus rostros verdaderos y capitalizar el descontento circunstancial, coyuntural, para encauzar dichas molestias en sus filas. Que hable Videla,  que los medios hegemónicos hagan sugestivos recortes de sus dichos que son comentados por sus lectores, y que La Nación incluya la palabra marxista en su tapa para describir aspectos de un funcionario de La Cámpora, dias después de la reafirmación de la alianza entre Cristina Fernandez y la Juventud Peronista que busca su unidad y atraviesa un momento de construcción de identidad política con nuevos bríos, esos que la sociedad reclama cuando se cansa de las mimas caras, y que esto suceda precisamente en un homenaje a Héctor Cámpora, nos llama a pensar que los tiempos cambian pero hay un conflicto latente y permanente entre un sector de la sociedad que reivindica  la acción de la dictadura genocida y un sector cada día mas grande y amplio, que apelando al derecho y a los principios democráticos, y no a la venganza, busca construir memoria, verdad y justicia para nuestra historia, para nuestro presente y para nuestra posteridad

viernes, 24 de febrero de 2012

Algo se ha roto...


El resquebrajamiento de la sociedad argentina. Palabras sobre la tragedia.

No voy a ahondar en los terribles hechos de los que fuimos testigos durante los últimos días. Todos sabemos lo que pasó. Todos escuchamos lo que se dijo. Todos queremos escuchar lo que aún no se ha dicho. Antes de continuar quiero recordarles cuál es el sentido de este blog: “en este espacio, expreso mis ideas políticas; a veces, con objetividad, muchas veces de forma pasional”, tal como reza el encabezado. No solo se los recuerdo, sino que me lo repito, con el objeto de lograr abordar este tema tan doloroso.

Mi posición al respecto, es consecuente con lo que se expresa cotidianamente en este espacio: se requiere para la profundización de este proyecto político, que se intervenga en cuanto sea posible, en la situación del transporte público nacional. Mi postura personal, es la necesidad de arbitrar los medios para la reestatización del transporte ferroviario, con la participación de los trabajadores, hasta normalizar el calamitoso estado actual. Lógicamente es una postura casi irreflexiva. Pero durante estos días, ¿quién tuvo momentos para reflexionar sobre una catarata de especulaciones morbosas y de celebraciones impúdicas? Es por eso que tomo el derecho a expresarme de manera inmediata, que es lo que critico desde siempre.

Dicho esto, quiero pasar a un estado reflexivo, analítico, casi diría filosófico, con todo el respeto del mundo a quienes ejercen esa bellísima profesión, que es la filosofía. Y mi propuesta parte desde la siguiente premisa o hipótesis si se quiere: la última tragedia ferroviaria que culminó violentamente con la vida de 50 personas y dejó infinidad de heridos, no solo forma parte de una cadena de responsabilidades que incluyen al poder político, al empresariado, a la desinversión, la falta de control, la falla humana y a toda la diversidad de cartas barajadas por la opinión pública, sino que desnuda un profundo resquebrajamiento en los lazos sociales de nuestra comunidad.

Es posible pensar, sentir, develar, que algo está roto entre los argentinos. No me atrevo a aventurar una respuesta inmediata que indique qué es lo que se rompió. Pero existen algunos parámetros que pueden ayudarme y tal vez con la mejor de las intenciones, ayudar al lector, a comprender parte o partes del problema que propongo.

En la etapa que sigue se delinearan los responsables, se pasará por instancias diversas en las que veremos por un tiempo, un importante enredo entre especialistas, políticos, usuarios, empresarios, periodistas, opinólogos, familiares, y otros actores, entre los que se intentará determinar qué fue realmente lo que sucedió. Porque lo cierto es que aún no se han determinado las causas de la tragedia. Esto nos invita al menos, a la prudencia de la espera de los acontecimientos. Pero no. No es así. Algo nos ha pasado, decía, para que estemos pegados al televisor, horrorizados, sin cuestionarnos absolutamente nada, cuando tenemos ante nosotros a un reconocido periodista, que en medio de tanta muerte, acusa sin pelos en la lengua, a un dirigente gremial de suicida; él y sus compañeros; o cuando vemos a un periodista de un programa de espectáculos matutino, pidiéndole a un sobreviviente en shock que se detenga a contarle detalles de los muertos, si es que los ha visto; o periodistas desencajados pidiendo la cabeza del maquinista; o funcionarios del gobierno, esforzándose en teorías obtusas y desnudando, una vez mas, una incapacidad innata para cumplir con la función que se les asignó; o empresarios a los que el calificativo de inescrupulosos ya no les cabe entre tanta inmundicia que destilan. Algo nos ha pasado. Nos quedamos pasmados ante las imágenes y automáticamente pasamos a expresarnos. Y lo hacemos en foros, twitter, o en facebook, o a través de un teléfono móvil inteligente. Y discutimos, peleamos, insultamos, ponemos carteles sintéticos, slogans, y sentimos que hacemos lo que queremos, por eso somos libres y si somos libres podemos hacer lo que queremos y decir lo que queremos e inventar lo que queremos, y al otro día volvemos a la foto cotidiana, a encerrarnos; o investigamos, porque hoy todos somos periodistas, todos somos sociólogos, todos somos maquinistas, todos somos victimas; y googleamos, porque ahí está la verdad, a tu alcance, a mi alcance, al alcance de todos porque hay miles de verdades pero creemos solo en algunas: en las que puedan reproducirse sintética e irreflexivamente a través de cualquier dispositivo de tecnología audiovisual. Una vez superado este éxtasis inicial, sentimos que ayudamos, que participamos, que no nos hemos quedado callados. Satisfacción particular, individual, privada. Pero los muertos son despedidos por sus familiares. Y queda alguno por buscar o alguno por identificar, y la tragedia se nos empieza a ir de las manos. Se nos diluye. Como el lazo social resquebrajado que no se sostiene.

 La participación social en la resolución de situaciones límite está desgastada y a punto de quebrarse. Las situaciones sociales conflictivas, se resuelven de acuerdo con las condiciones de posibilidad de control y acceso a los dispositivos tecnológicos de comunicación audiovisual en cualquiera de sus formatos. Estamos ante una profunda transformación en el desarrollo de la comunicación, y en un momento histórico, donde se ponen en juego los espacios de legitimidad adquiridos por los diversos actores. Por ejemplo, es legítima la opinión sobre la minería de cualquier periodista, de cualquier medio de comunicación; pero no lo es, si quien trasmite opinión, es trabajador delegado gremial de una mina. Todo será legítimo, en tanto no perturbe el espacio privado de individualidad al que nos estamos sometiendo como sociedad, y mientras no esté teñido de política, porque en ese caso ya no es creíble, se dice. Todo se sintetiza en los medios. Solo opina el “independiente”, los demás militamos, queremos hacer política. Satisfacción particular, individual, privada. Pero los muertos son despedidos por sus familiares. Y queda alguno por buscar o alguno por identificar, y la tragedia se nos empieza a ir de las manos. Se nos diluye. Como el lazo social resquebrajado que no se sostiene.

La masturbación impúdica de quienes esperaban una tragedia como esta para ir deliberadamente contra el gobierno, es otra muestra del resquebrajamiento de nuestra sociedad. La estupidez y la manifiesta ignorancia de algunos, produce una gran frustración a quiénes creemos en la posibilidad de dar debates profundos para el mejoramiento de la sociedad. Hay que reconocer que el gobierno, no atraviesa por su mejor momento en términos de comunicación y permite que sus funcionarios hagan agua en cada intervención, alimentando ese silo obsceno en donde se guardan algunos, sus trucos y chicanas para destilar odio y postergar cualquier oportunidad de entablar una discusión provechosa. He aquí como la participación social, elemento primario para la consolidación democrática, se ve prácticamente anulada. Es esto y nada más. Es arremeter como búfalos para luego, descansar y esperar la próxima.

Se nos rompió el imaginario social que nos brindaba la posibilidad de reunir las ideas para cambiar el mundo. Se nos rompieron las utopías. Se nos rompió la política, y algunos queremos reconstruirla. Somos una sociedad que tardó mas 30 años en llevar a juicio a quienes nos quitaron las herramientas para forjar esos principios fundamentales: ganas de participar, de cambiar siempre que se pueda, de soñar con un país mejor, de formar militantes políticos, sociales, culturales que lleven adelante las banderas de las luchas mas nobles de nuestra historia popular, las ganas de que cada uno de nosotros exista un ideal. ¿Porqué militancia es una mala palabra y quién milita hoy es tratado por poco menos que un delincuente? ¿Será esta una de las causas por las que hoy asistimos totalmente pasivos, ante la muerte de 50 compatriotas, trabajadores, madres, padres, hijos, abuelos? Quién sabe.

Mientras, solo apelamos a una satisfacción particular, individual, privada. Pero los muertos son despedidos por sus familiares. Y queda alguno por buscar o alguno por identificar, y la tragedia se nos empieza a ir de las manos. Se nos diluye. Como el lazo social resquebrajado que no se sostiene.

Recuerdo el momento de la estatización de las AFJP; recuerdo a una oposición azorada con la medida; recuerdo la terminología utilizada sobre seguridad jurídica, libre empresa, credibilidad, previsibilidad, para la defensa corporativa de esas empresas. Recuerdo, que algunos, celebramos tamaña patriada: recuperar los fondos para el estado nacional. Recuerdo que otros, nos decían que queríamos ser Cuba o Venezuela, o que queríamos negocios para el estado, a tono de crítica. Recuerdo los medios informativos que defendieron con el cuchillo entre los dientes una política privada que ponía en jaque el destino de los fondos previsionales de millones de argentinos junto con la decadencia financiera internacional. Recuerdo que la palabra reestatización, nacionalización, expropiación, a muchos les provoca diarrea. Y sostengo lo mismo, hoy, es necesaria una profundización del modelo, que tenga su eje en el combate definitivo contra la pobreza, y que tenga entre sus herramientas elementales, la posibilidad de reestatizar, expropiar y nacionalizar, todo aquello que atente contra los intereses del pueblo argentino; no solo eso, sino que coordine dichas actividades con la participación necesaria de los trabajadores, vector indispensable para el desarrollo de una revolución social.  Si hoy los argentinos, en su mayoría, estamos de acuerdo en ese sentido, debemos estar movilizados y pedir que esto se haga cuanto antes. Pero la participación está rota, no nos dejemos engañar. Quienes vamos a continuar esta demanda justa, somos los mismos de siempre. Porque gran parte de la ciudadanía ya utilizó la tragedia, para lo que se le antojó. Satisfacción particular, individual, privada. Pero los muertos son despedidos por sus familiares. Y queda alguno por buscar o alguno por identificar, y la tragedia se nos empieza a ir de las manos. Se nos diluye. Como el lazo social resquebrajado que no se sostiene.

Existen responsables que serán juzgados, se tomarán medidas contra la empresa concesionaria, se juzgará a quien corresponda y caerán quienes tengan que caer. Luego, los formadores de opinión verán que el tema ya no rinde, y pasarán a otro nivel de obscenidad. Y la gente volverá a decir que la política no le interesa y repetirá el sentido común dominante al respecto, y el día de mañana si se reabre la causa de la Tragedia de Once, muchos dirán “Porqué siempre vivimos en el pasado” y olvidarán la satisfacción particular, individual y privada de aquel entonces. Porque los muertos ya fueron enterrados por sus familiares. Y quedó alguno por buscar o alguno por identificar, y la tragedia se nos fue de las manos. Se nos escapó. Y con ella la posibilidad de reinventarnos como sociedad reconstituyendo los lazos sociales que alguna vez, dicen, hicieron de esta, una Gran Nación.

Fuerza todos.

viernes, 17 de febrero de 2012

Para hablar sobre represión....

La reaparición pública del genocida condenado a prisión perpetua, J. R. Videla, y su consecuente reivindicación de la feroz dictadura genocida desatada en nuestro país a partir del 24 de marzo de 1976, le brinda un marco discursivo a un sentido común histórico, reproducido por determinados sectores de la población: me refiero a aquellos, que realizan un esfuerzo denodado para reinstalar en el menor tiempo posible, la ampliamente refutada Teoría de los Dos Demonios, surgida en la década de los 80 al calor de las acciones de investigación sobre las denuncias de desaparición de personas (el juicio a las juntas, CONADEP, Nunca Mas, etc.)

Para sacarnos rápidamente de encima los elementos contaminantes de dicha teoría, volvamos a nuestros días e invoquemos los sucesos recientes en términos de las Investigaciones y los Juicios de Lesa Humanidad, que se aplican sobre los circuitos criminales desplegados por los genocidas: esta última calificación, no se trata de un insulto como lo fuera antaño, sino que se ajusta perfectamente a estas figuradas condenadas, y es la adjetivación mas extensamente  aceptada en nuestra sociedad actual, gracias a la incansable lucha en torno a la construcción, consecución e instalación de Memoria, de Verdad y de Justicia, liderada desde el inicio, por todos los organismos de Derechos Humanos que conocemos.

Aceptando lo escrito, intentemos realizar un ejercicio que nos obliga a estar alertas, pues estas conquistas no deben quedar en la pasividad histórica del anhelado reconocimiento a las luchas de quienes nos precedieron, sino que deben concretarse como inspiración movilizante para todos aquellos a los que nos interesa desarrollar estrategias y desplegar mecanismos, para lograr una sociedad, como siempre digo, igualitaria, justa y soberana. El hecho de mantener claramente movilizados a todos los que nos involucramos de una u otra manera en estas cuestiones, no es solo una invitación a sostener estas reivindicaciones vigentes, sino que responde a algo mas concreto todavía: aún no se ha logrado desmantelar, ni neutralizar la acción de los resabios mas recalcitrantes de la dictadura. Varios ejemplos tenemos de esto que digo. Basta con mirar las expresiones de ciertos sectores de la prensa a través de los recortes y comentarios que realizan sobre las declaraciones del genocida Videla; basta con recorrer ciertos portales, blogs, revistas, etc., que reivindican abiertamente lo ocurrido en esos años y que solicitan el juicio a aquellos militantes con pasado en las organizaciones armadas de la tendencia revolucionaria (Revista Cabildo, La historia Paralela, etc.); basta con ver el regocijo de algunos foristas, por ejemplo, al enterarse de la delicada situación de un icono de la lucha por los derechos humanos como es el Dr. Eduardo Luis Duhalde (el Duhalde bueno, como decimos algunos); basta con ver a este hombre, siendo amenazado en vivo y en directo por uno de estos alfiles progenocidas como es Cecilia Pando; basta con entrar en internet y recorrer notas como por ejemplo de Cosme Becar Varela , o Luz García  Hamilton, analizando la crisis del hombre por alejarse de la iglesia para uno, o reivindicando tras su muerte al genocida y torturador implacable de D. Bussi.
A través de estos ejemplos llegamos a la reaparición pública de Videla en un medio español, gestionada por un periodista de esa nacionalidad, que sostiene que todo el mundo tiene derecho a expresarse. Sus dichos y reivindicaciones, no hacen más que brindarnos la oportunidad de comprender el valor actual fundamental que tiene la continuidad de las investigaciones y los juicios por delitos de lesa humanidad. No fue hace mucho tiempo cuando el genocida Astíz, sostuvo que él está preparado para matar y si no lo hace, es porque no quiere. No fue hace mucho que desapareció Julio López, luego dejar un testimonio que será difícil de olvidar. Y es ahora, cuando las fuerzas de seguridad, paradójicamente se encuentran en una encrucijada ante la sociedad. El constante machaque mediático sobre una serie de policías que murieron cumpliendo su deber, el interminable discurso sobre la inseguridad, y la actuación ilegítima de las fuerzas de seguridad en intervenciones frente a la protesta social, nos obliga a defender lo hasta ahora realizado y conseguido. Porque, entonces aparece ese sentido común bien estructurado en el seno de la sociedad, demostrando su vigencia: vuelven el miedo, el terror, y juntos, producen el envalentonamiento en este caso de las fuerzas armadas. Recuerdo a Néstor Kirchner, desinflando casi sin esfuerzo al Gobernador Scioli, cuando este se quejaba por “tener las manos atadas” en la lucha contra el delito, y me pregunto, ¿si se las “desataban” qué tenía pensado hacer?. Esto demuestra como dentro mismo del movimiento, se precisa de liderazgo permanente para evitar desbordes autónomos de dirigentes que ven con añoranza algún desalojo de ruta violento.

Este movimiento gobernante ha refrenado y combatido abiertamente la represión de la movilización social; algunos dicen que no es así; yo sostengo que sí, y me baso simplemente en que, en el año 2001, en las jornadas de diciembre, fueron asesinados por las fuerzas represivas mas de 30 personas que protestaban. Hoy la policía no puede reprimir llevando sus armas reglamentarias. Si lo hace, incurre en un delito que debe ser investigado. Hasta ahí lo que debería ser. Pero no festejemos de antemano: las fuerzas de seguridad en muchos casos, aún presentan estructuras amparadas en los lineamientos mas ortodoxos de la última dictadura genocida; recuerden, que se intenta establecer actualmente, la importancia, para nada meramente nominal, de conceptualizar dicha masacre, como genocidio en manos de un aparato cívico militar. Se trata entonces, permanentemente desde hace muchos años, de investigar muchas estructuras combinadas que operan actualmente dentro las instituciones de seguridad y que aun no han podido ser removidas ni desarticuladas. Videla en sus declaraciones, no hace más que confirmar esto que sostengo.

Por eso y para no extenderme mas de la cuenta, le doy la bienvenida a quien se interese, legítima y lealmente, en la actualidad por llegar al fondo de aquellas cuestiones que envuelvan a las fuerzas de seguridad, que aún en democracia y bajo un gobierno que les impuso limitaciones en su intervenir y proceder, continúan sosteniendo estructuras montadas en los años del genocidio. Jueces, comisarios, oficiales de alto rango, civiles, que aún escapan a la justicia desplegada con el fin de desmantelar definitivamente la estructura represiva mas nefasta de nuestra historia. Nos un reto sencillo, pero este gobierno lo aceptó. Y al hacerlo, se hace cargo de sus costos y beneficios.

Para muchos, para mí, es el camino para la desarticulación de este entramado que aún hoy tiene sus fieles referentes, dispuestos a dar pelea por su mantenimiento. Contra ellos, mantengamos la lucha.

La lucha contra la represión continúa; fue ayer, hoy y siempre; no dejemos que algunos paracaidistas en el tema la conviertan en un absurdo slogan para beneficio de sus intereses particulares.