Una nueva fórmula para la desestabilización: el torpe uso de la profecía autocumplida
Es asombroso el esfuerzo denodado que realizan algunos medios de comunicación, para desestabilizar de forma no violenta, aunque de ninguna manera pacífica, el proyecto político reelegido por la amplia mayoría del pueblo votante. Al fracasar el intento de experimentar nuevamente con una corrida bancaria, mueven sus miras contra otros objetivos, cualesquiera sean estos. Fue el dólar y el supuesto atraso cambiario, condimentado con una supuesta pesificación de los ahorros en el marco de un supuesto corralito bancario. Nada más desorbitado. Nada más lejos de una realidad que los excede, que los llena de bronca, y que los deja con el trasero al descubierto. Si digo, que los pone con el culo al aire, me van a decir crispado, violento, agresivo, ultra k o patotero, por eso dije, quedan con su trasero al desnudo. Vuelvo. En una economía estable, firme y con un amplio margen para realizar correcciones y maniobras, es ridículo sobrestimar elementos alterados más por la crapulencia de la especulación, que por la realidad legítima del ahorro. Este es solo un ejemplo. Pero en la práctica, y luego de que algún medio, cuyo símbolo pasó a ser una corneta mas que un noble clarín, llegara a publicar el precio del dólar ilegal en su tapa, digo que en la práctica prevaleció la cordura, no solo del gobierno nacional y de los que estamos encolumnados en su proyecto, sino también de aun amplio arco de opositores que tal vez, supo leer la situación de las urnas y comprendió que lo que se estaba jugando en los días posteriores, era un intento absurdo de lograr por capricho golpista, lo que no se obtuvo legítimamente por el voto popular.
Mientras los que encabezaron el Grupo A (supuesto grupo contrahegemónico opuesto a un supuesto régimen dictatorial de hecho, amplio ganador de las elecciones legislativas en el 2009, cuya propia unión fue la principal causa de rápida disolución), descabezan sus propios partidos e intentan explicar lo inexplicable, con fórmulas que ya suenan desopilantes, mientras se prenden del primer bote mas o menos firme, para salir del pantano al que los mandó a flotar la sociedad argentina, después de las primarias de agosto.
Mientras tanto, el país marcha. El gobierno nacional hace frente en todos los frentes y marca claramente el camino de un nuevo mandato popular en el que se han incorporado nuevas demandas. Pero si el viejo Grupo A naufraga en su desidia (qué clase de horrores habríamos padecido con esta gente en el poder!?), los medios opositores (porque según ellos existen los medios militantes), riegan sus páginas con interpretaciones sorprendentes que engloban una supuesta (siempre el término "supuesto/a") marcha atrás del gobierno, en sus convicciones, y que de alguna manera, el proyecto nacional, "estaría" haciendo un mea culpa, o una autocrítica, o bien, se "cumplirían" ciertas premoniciones de la prensa "independiente": por ejemplo, tras un amplio discurso de una hora ante los empresarios de la UIA, la presidenta desplegó una amplia gama de conceptos importantísimos y clarificadores sobre los lineamientos del nuevo mandato; para Clarín lo mas importante y lo único importante, según su pálida tapa, fue que CFK habría dicho, que hay que discutir la inflación, y en unas letras pequeñas como quien usa tinta para envenenar a sus enemigos, vio una muy dura actitud de la presidenta ante Moyano (ni siquiera menciona a la CGT, así que el tema sería personal) al “rechazar” (atención con esta palabrita) el reparto de ganancias; quienes escuchamos el discurso, sabemos que no fue así; sabemos que la propuesta de la presidenta, totalmente discutible para quien escribe, fue la de discutir el reparto de las ganancias, sin la imposición del Estado a través de una ley. Esto habilita que el tema se trate en paritarias, donde el Estado oficia de garante de la negociación.
Es por eso que este práctico ejemplo de nuestra coyuntura, habla por sí mismo. Hay que prestar mucha atención a lo que se escribe, o mejor, primero escuchar a los que hablan y después leer o escuchar las interpretaciones ajenas. A partir de ahí uno puede elegir a quién le cree, o bien, con quién está de acuerdo.
Para cerrar. Me preguntaba los otros días una persona muy allegada, un querido amigo, lo siguiente:
“¿Y? ¿Qué me contás de tu “Presidenta”? ¿La seguís bancando con lo que está haciendo? ¡Cómo los cagó!”
Sonreí ante el tono chicanero y socarrón en el que me interpelaba. Cuando le pregunté, específicamente a qué se refería, divagó apelando a términos que sostenían una supuesta traición. Entonces le respondí, ayudado por una frase contundente:
“Los malos pueden volverse buenos, pero los tontos, inteligentes… es una tarea mas difícil”
La frase es del Gral. Perón, pero ayer la dijo Cristina en la UIA. Así que pido disculpas, por tomarla prestada a estos dos grandes estadistas, para utilizarla ante tamaña pavada. De todas formas, le agradezco a mi amigo, la posibilidad continuar con nuestra larga amistad.
Hasta la próxima. La seguimos.