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Nací en la Ciudad de Buenos Aires, el 24 de julio de 1977. Soy Licenciado en Sociología UBA 2008. Brindo apoyo profesional en el Ministerio de Salud de la Nación para el Servicio Nacional de Rehabilitación, en el Departamento de Sistemas de Información. Enseño Historia y Sociología General. Y en este espacio, expreso mis ideas políticas; a veces, con objetividad, muchas veces de forma pasional.

viernes, 8 de abril de 2011

Breve historia de Cobos:
el traidor y los titiriteros
por Juan Manuel Rodríguez


Del hombre que pedía un juicio justo de la historia, y del momento en que se da cuenta que la historia se construye para otra cosa y abandona a sus titiriteros y huérfanos temerosos

La renuncia de Cobos es el fín de un breve período o ciclo, que transitó más la decadencia que la construcción opositora: desde julio de 2008 hasta la fecha la presunta “patriada” de Julio Cobos, se diluyó en un ostracismo timorato. Las convicciones que puso al frente, la noche de la traición al movimiento nacional que lo llevó al poder, se transformaron en una rapidísima sucesión de acciones, apenas tibias que sirvieron para desenmascarar las intenciones  golpistas de los de siempre, pero en este caso puntual de la prensa opositora, de las entidades nucleadas en la mesa de enlace junto con sus sectores económicos afines y de un sector desorientado y temeroso de la clase media huérfana y envidiosa.

Entonces se aceleraron los tiempos, pues la historia no hizo esperar mucho su juicio, y salvo algún milagro inmediato, la traición será mañana consenso revisionista. Porque Cobos traicionó al Frente que lo elevó a la vicepresidencia; porque luego, su frívola inacción traicionó a aquellos ciudadanos que veían en él al nuevo San Martín o bien, algunos mas prudentes, la posibilidad de ver representadas sus convicciones en este caso opuestas o en discordia al Gobierno del FPV. Y por último, traicionó a su viejo partido, la UCR, porque al bajarse de una interna que perdería al menos en la dignidad de las urnas, prefirió abandonar, y no escatimó actitud de caradura para denunciar que el frente que hoy lidera Ricardo Alfonsín, no tiene ninguna estrategia.Traición mas, traición menos, traición doble, total, qué le hace una mancha mas al tigre.

He aquí cómo se construyen las matrices históricas de nuestra historia política. Porque Cobos, pasó de héroe a villano desolado y de poca monta en menos de tres años. La cronología política desarrolla una velocidad que duplica el calendario de los ciudadanos comunes. Por eso, decir “que la historia me juzgue”, en tiempos de cambios profundos, es desafiar a un dragón cuyo fuego puede llegar a incinerar en un instante, a un gorila gigante: Cobos estuvo siempre muy lejos de ser un gigante. Rosas, San Martín, Sarmiento, Mitre, Irigoyen y Perón, solo por nombrar a algunos y de manera diversa, para que no digan que solo reconozco la línea San Martín - Rosas - Perón, digo ellos estuvieron a la altura de la frase “que la historia me juzgue” y no sé si la habrán utilizado de una manera tan banal como lo hizo el dirigente mendocino. Las patriadas, compañeros, están en la historia de la resistencia de nuestros movimientos populares desde la época colonial: no hay que buscarlas en otro lado. Una patriada, compañeros, es poner mente, cuerpo y alma, al servicio de una causa colectiva.

En San Martín, en Rosas, en La Vuelta de Obligado, en la Revolución Radical de Alem, en los mártires de la Semana Trágica y la Patagonia Rebelde, en la resistencia de la FORJA, en el 17 de octubre, en la Gesta del General Valle y en los fusilados de J. L. Suárez, en la Resistencia Clandestina del Movimiento Peronista, en la vuelta de Perón, en la resistencia armada a los grupos parapoliciales y al ejercito asesino de los 70, en los mas de 30 mil compañeros asesinados y desaparecidos, en la lucha de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en los HIJOS, en los Nietos Recuperados, en el coraje inagotable de los combatientes de Malvinas, y dejo al lector que agregue los muchos que yo aquí omito, solamente por una cuestión de espacio, no de reconocimiento.

Por eso hablo de matrices históricas, porque la experiencia política de nuestro país está plagada de este tipo de situaciones. Cobos, deberá disfrutar estos días de juicio histórico que se le vienen en los medios corporativos que verán el tema con un dejo de insatisfacción, pero que rápidamente buscarán en Macri o en Duhalde o en quien quiera que sea, el elemento funcional para lograr la apropiación del relato histórico y político; para reproducir la concentración económica y retomar la conveniente senda de la desigualdad; para recuperar la hegemonía de la producción de ideas, frenando y neutralizando la recuperación histórica  del pensamiento nacional y popular, que es avasallante.

Estamos fuertes y no pasarán. Pero cuidado, hay que ver muy bien a qué y a quiénes nos enfrentamos. El combate de las ideas se juega todo los días y el rival no es solo el editor de Clarín y TN, hay algo más allá, siempre. Algo que conspira permanentemente, invisible y silencioso, y a veces nos pasa por al lado y no lo vemos: no son solo viejos fantasmas. Están siempre al acecho y quedó demostrado con el títere traidor que se les escapó de la mano.

Así que vayamos con todo por todo. Eso es lo que temen. Es la hora de la Gran Patria Latinoamericana. La crisis mundial puede atraer buitres, que por ahora andan distraídos en el Medio Oriente. Miremos hacia allá y apoyemos a los pueblos sublevados, a qué resuelvan soberanamente sus problemas, pero solo a ellos, no a los Varones de la Guerra Eterna, unidos por el espanto en la OTAN. Ojo; que se vienen. Ojo; que desde acá los cipayos ahogados entre los últimos vómitos impúdicos del capitalismo neoliberal decadente claman a gritos “cuidar la democracia y la libertad”, clamor que conlleva en sus vetas, el miedo a que se vienen los de abajo, los que siempre estuvieron postergados, los que siempre pelearon en silencio, los que ahora a través de una amplia pluralidad de expresiones populares que marchan una al lado de la otra, manteniendo su independencia política, comprendieron como nadie, que llegó definitivamente la hora defender así sea con la vida, las conquistas populares. Porque eso es hacer Patria. Porque eso es hacer Historia.



Próximas entradas:

Postales de la crispación? Notas sobre la muestra “Ellos Pensaron. Homenaje al Pensamiento y al Compromiso Nacional” y el derrotero fláccido del cipayaje incomodo e irritado.

“La conjura de los otarios”. Notas sobre la nueva Unión Democrática y su historia, la que siempre se repite como comedia.

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